EL CONCELLO DE CEDEIRA

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He aquí el lugar escogido por los LAPATIANCOS, pueblo que habitaba este rincón de Galicia a la llegada de los romanos; he aquí la TERRA DE CETARIA: tal es el nombre con que se conoce en los viejos pergaminos. El topónimo CEDEIRA deriva de la palabra latina CETARIA.

Llegaba por el Norte casi hasta el Cabo Ortegal, y por el Sur se aproximaba a las riberas del Río Grande de Xubia. La jurisdicción de Cedeira comprendió quince parroquias que logró conservar hasta 1835. Pero en ese año se le fueron de las manos ocho parroquias para formar parte de otros municipios; entre las perdidas fue una de ellas la de San Xoán de Moeche, con su importantísima feria mensual.

Estas tierras en los siglos XII y XIII habían estado puestas bajo el señorío de distintos personajes de la familia Traba. Desde el siglo XIV hasta los primeros años del siglo XIX fueron los Condes de Lemos.

El clima es de tipo oceánico, suave y húmedo, con unas temperaturas medias anuales que oscilan entre los 12'ºy los 14º. El régimen pluviométrico oscila entre 1.000 y los 2.200 mm. La singularidad que le confieren a la zona las características anteriormente mencionadas han hecho que varios espacios (Serra da Capelada, Illa Gabeira y Punta Candieira) hayan sido considerados como espacios naturales protegidos.

Constituyen el municipio de Cedeira siete parroquias, con un total de 84 kM2 y 8.500 habitantes. La villa de Cedeira ocupa las dos márgenes del Condomiñas en su desembocadura, quedando el casco antiguo en la orilla derecha: un incipiente núcleo medieval, antaño circundado de murallas. Los nuevos barrios de la villa se asientan y crecen en el lado izquierdo del Río Condomiñas. Calles rectas y anchas, plazas de holgadas dimensiones. El puerto pesquero y comercial es, sin género de dudas, algo muy impar sobre todo el desembarque de las capturas obtenidas en la lonja de pescados.

Nuestra atención, sin embargo, no se ha de limitar a la villa, sabiendo que el paisaje circundante promete seducir a quien vaya a su encuentro. Y es allí, en la misma Sierra da Capelada, donde se halla el renombrado santuario de San Andrés de Teixido. Lo recordamos de manera inevitable:

"A San Andrés de Teixido vai de morro o que non foi de vivo".

 

 

CALLEJERO

 

 

 

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