Leonard Cohen - VIGO - Parque de Castrelos - Agosto,13,2009

Primerira parte do concerto

Leonard Cohen - VIGO - Parte I

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Segunda parte do concerto

Leonard Cohen - VIGO - Parte II

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Leonard Cohen convierte el auditorio de Castrelos en un recital de poesía intimista

No se presentó como un poeta "impostor", tal y como se definió humildemente en cierta ocasión. No. Leonard Cohen se subió puntual al escenario del auditorio de Castrelos como lo que es: un profeta que a través de su grave voz recita parte de su sabiduría, tomando prestada la palabra como mayor expresión de su música. Una combinación singular que magnetiza a quien lo escucha, como les ocurrió ayer a las más de 20.000 personas que no se quisieron perder el concierto más importante del año en Vigo, que se prolongó durante tres horas.

Sosegada puntualidad

A pesar de ser uno de los grandes de la música, el longevo galán, que está a punto de cumplir 75 años, no se hizo esperar. Con una puntualidad extrema, a las 22.00 horas, Leonard Cohen, salió al escenario vestido con el tradicional traje gris y su sombrero borsalino, fiel compañero de viaje. Entre ovación de aplausos que le dedicó el público congregado en Castelos apenas se atisbó un discreto "Muchas Gracias" de la boca del canadiense.
Y entonces llegó ella: "Dance me to the end of love", la canción elegida por el artista para abrir, arrodillado, su particular recital poético. A este tema le siguieron "The Future", "Ain´t no cure for love" y "Bird on the wire", entre los que intercaló un breve guiño al público, al que agradeció su presencia prometiendo darle "todas las cosas tenemos". A los 35 minutos de concierto un excepcional solo de guitarra que precedió al tema "Who by fire" erizó la piel de los presentes y puso la nota flamenca al espectáculo. En total fueron 25 canciones las que susurró Cohen durante su directo y que forman parte de su último álbum "Live in London" (2009). Arropado por seis músicos y tres coristas que portaban el mismo estilo sobrio que caracteriza al poeta, éste reservó para el final de su directo las obligatorias "Hallelujah", "I´m your man" y "Take this waltz". Pero sus versos desgarrados con matices de ironía no acabaron aquí. En la amable noche de ayer, Cohen dejó espacio para los esperados bises, en los que el artista delegó todo el protagonismo a canciones como "So long Marianne" o "First we take Manhattan". Y, como colofón a su esponjoso sonido, hicieron su aparición "I tried to leave you" y "Whither Thou Goest".
La de ayer constituyó la tercera parada en la gira española de "El silencioso", nombre que recibió el músico en 1996 tras ser ordenado monje budista zen. Los leoneses fueron los primeros en disfrutar de su directo el pasado 31 de julio, aunque el canadiense no consiguió llenar la plaza de toros. Once días después le tocó el turno a los casi 3000 mallorquines que acudieron al recinto Palma Arena. Sin embargo, fue en Vigo donde el también escritor Leonard Cohen reunió a más público. Prueba de la espectación que suscitó su llegada a la ciudad fue la rapidez con la que se agotaron las entradas para poder ver su directo desde el gallinero. Cuatro días bastaron para vender las 1.700 existencias que se pusieron a la venta por el módico precio de 18 euros. Y hay que recalcar "módico" porque en otras ciudades las entradas pueden alcanzar los 500 euros. Este precio desorbitado guarda relación con el regreso de Cohen a los escenarios, después de diez años retirado de la música. Fue su representante, Kelley Lynch, quien forzó su vuelta a la escena el pasado año, tras desviar cinco millones de dólares de las cuentas, lo que llevó al artista a la ruina. Fruto de la gira de 2008, es su nuevo disco, "Live in London", grabado en el directo de Londres.
Retomada su carrera, en su gira española todavía restan siete directos. Verdaderos recitales de poesía en los que sobresale la melodía que emana de su delgada fragilidad. Un ronroneo refinado que crea un aura intimista cargada de magnetismo, ese que consigue hipnotizar a todo aquel que lo escucha.